jueves, 23 de noviembre de 2006

Apuntes sobre el sueño


Hoy me he puesto a buscar información sobre el sueño. Así, sin más. Hay veces que temas tan cotidianos como ése, espontáneamente despiertan en mí suficiente interés como para pegarme toda una tarde informádome sobre ello. Y tirando de Google, dí con hmmm, un interesante blog, entre cuyas entradas se encontraba ésto.

Tengo que darle la razón en su texto, documentado, al parecer, utilizando la información recopilada de la página de un tal Glen Rhodes (quien presumo que a su vez se documentó sacando los datos de otro lugar), y de otra página de un tal Vincent Cheung (más de lo mismo en cuando a las fuentes). Dice en el mismo, que "la duración del sueño no es lo que hace que luego nos sintamos frescos y despejados". Lo suscribo totalmente. Son muchas las veces que duermo unas pocas horas, y me levanto como en los anuncios de mermelada o de ColaCao, en donde todo dios aparece con unas energías a las 7 de la mañana realmente envidiables. Me fastidia bastante, cuando trabajo en el turno de mañanas, que me tengo que levantar a las 5 a.m., para entrar a currar a las 6 a.m., el acostarme demasiado pronto. Si dicen que el cuerpo humano necesita una media de 7-8 horas de sueño, para descansar lo suficiente, en mi caso debería acostarme hacia las 10 de la tarde, lo cual me parece una pérdida de tiempo importante. ¡Con la cantidad de cosas interesantes que se pueden hacer a esas horas! Y es por todo ello, por lo que el siguiente estudio y método, me resulta personalmente interesante.

Nos cuenta que el sueño no está formado por un bloque único que transcurre desde que cierras los ojos para dormirte hasta que los abres para despertarte. No, se divide ciclos de unos 90 minutos, cada uno de ellos divididos en 5 etapas:

  • Las dos primeras corresponderían a lo que se conoce como sueño "ligero".
  • La dos segundas serían el sueño "profundo".
  • La última sería la fase "REM" (rapid eye movement=movimientos oculares rápidos), que es cuando soñamos.
En total, la fase no-REM (cuatro primeras etapas), durará unos 65 minutos. La fase REM (última etapa) unos 20 minutos. Y por último, otra fase no-REM de unos 5 minutos. La fase REM, en realidad, es más corta en los primeros ciclos, aumentando su duración en los sucesivos.
Entre ciclo y ciclo, no estamos dormidos realmente, sino que es una zona intermedia, en la cual, si no somos molestados por algo (frio, ruido, luz, etc.), nos llevará hacia el comienzo del siguiente ciclo.

Dice en el texto, y ante ésto me muestro un poco más susceptible, que si durmiesemos sin despertador alguno, ni efecto externo que nos interrumpiese, la duración sería de un múltiplo de 90 minutos, pudiendo sumar en total 4'5 horas, 6, 7'5 o 9. Pero dificilmente, por no decir nunca, nos despertariamos de forma natural habiendo dormido un número de horas que no fuese múltiplo de 90, como podrían ser 5 horas o 7 horas y cuarto.

De todo ello, se han llegado a la conclusión de que nos levantamos más frescos y despejados habiendo dormido 4'5 horas, y despertándose al final de un ciclo, que habiéndonos dormido 8 horas, con la consiguiente interrupción de una de las etapas de sueño "profundo".

Podríamos concluir que sería la repera dar con un método para dormir exactamente un número de horas que sea múltiplo de esos 90 minutos, para despertar justo entre ciclo y ciclo. Pero nos encontramos con el problema de que no a todas las personas se les puede aplicar esa duración de ciclo por igual, por no hablar de los posibles factores externos, como son ejercicio, drogas, alcohol, etc. Además de no saber con exactitud la duración de la fase REM, que como dije antes, va haciéndose más larga a medida que pasan los ciclos. Para ello, el autor del blog propone un método de medición de nuestros propios ciclos, que a continuación explico:


Necesitaremos dos despertadores, o dos alarmas en uno, que también es posible. La primera alarma la pondremos para sonar unos minutos antes de la hora a la que nos debamos despertar. Pero la pondremos a un volumen bajito (como podría ser la música de un radiodespertador), lo suficiente como para ser despertados únicamente si nos encontramos en la fase de sueño "ligero". Y la segunda alarma, que será una de volumen alto, e incluso molesta, de esas que suenan como un zumbido o algo así, que nos asegure el despertar, estemos en la etapa que estemos, a la hora que debíamos levantarnos. La cuestión está en saber cuanto tiempo antes de la hora final debemos programar la primera alarma. Si nos acostamos a las 0:00, trataremos de ponerla en uno de los múltiplos de hora y media que dura cada ciclo (a las 6 a.m., por ejemplo, que equivale a 4 ciclos). Como es bastante probable que no acertemos a la primera, en los días sucesivos, iremos moviendo esa hora, minutos arriba, minutos abajo, hasta dar con una en la cual nos despertemos con facilidad, en pleno sueño "ligero". Otra alternativa consiste en poner esa primera alarma 30, 45, 60 o 90 minutos antes de la última, esperando dar con el momento de despertarse adecuado. Habrá que ser cuidados también, como dije, con el volumen de esa primera alarma, para que nos despierte en caso de estar en sueño "ligero", pero que no lo consiga en caso de estar en sueño "profundo".

El estudio, realmente, no implica ningún esfuerzo ni sacrificio, ni molestia para cada uno, y podríamos dar con el sistema para poder levantarnos como una flor, sin tener que sufrir lo que sufrimos a diario, para ir a trabajar.


1 comentario:

SARAPERI dijo...

Vale, el estudio es interesante. A mí también me preocupa desde siempre el no dormir bien, ya que me levanto a las 6:30-7:00, y para que fueran ocho horas tendría que acostarme sobre las 10:30, pero soy incapaz. Pero es imposible controlar todo, ni con los dos despertadores, porque no sabes a que hora te duermes realmente, o es que eso da igual.
Yo hay veces que me paso horas hasta que duermo.