domingo, 18 de noviembre de 2007

La esencia del problema ontológico

- Déjame que te cuente la historia del gato. Es muy corta y simple. Una anfitriona recibe a unos invitados a cenar. Tiene un magnífico pedazo de carne de tres kilos sobre la mesa de la cocina listo para cocinarlo; entretanto conversa con los invitados en el salón, toman unas copas y todo lo demás. Después la mujer se excusa y se dirige a la cocina a preparar la carne… que ha desaparecido. Entonces descubre al gato de la casa lamiéndose muy tranquilamente los bigotes en un rincón.
- El gato se comió la carne – dijo Barney.
- ¿Seguro? Llaman a los invitados y discuten el asunto. El trozo de carne de tres kilos se ha volatilizado y ahí está el gato, bien alimentado y satisfecho. “Pesemos al gato”, sugiere uno de ellos. Todos están un poco bebidos y la idea les parece excelente. Van al baño y ponen al gato en una balanza. El gato pesa exactamente tres kilos. El resultado está a la vista de todos. Un invitado dice: “Bueno, ahí está la carne”. Tienen la certeza de saber qué ha ocurrido, ahora hay una prueba empírica que lo confirma. Entonces otro invitado duda y, perplejo, pregunta: “Pero ¿y el gato donde está?”
“Los tres estigmas de Palmer Endritch” – Philip K. Dick

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