martes, 11 de marzo de 2014

Televisión para encefalogramas planos


No soy una persona que vea mucha televisión por parecerme una pérdida de tiempo bastante grande, a no ser para alguna que otra película y poco más. Los telediarios son predominantemente subjetivos, las series repetitivas, el deporte, me llama poco la atención. Pero en este artículo quiero centrarme en un tipo de programación que ha ido en alza, sobre todo con la llegada de la TDT y con el auge de las cartas de paquetes de canales de pago. Me refiero a esos programas reality que se dedican a enseñarnos las casas de la gente, a mostrarnos como en tal o cual taller de Los Ángeles reforman una moto o un coche, a contarnos como alguien compra objetos en subastas, como otro hace unos tatuajes que te cagas, etc. Hay un denominador común en todos ellos (salvo alguna excepción, por ser de producción nacional; predominantemente son americanos), y es que ni siquiera se molestan en hacer un doblaje correcto de los protagonistas. En España contamos con una comunidad de dobladores que son una auténtica maravilla. Sí, ya sé que hay muchos detractores de dicho oficio, que defienden las versiones originales, por mantener más viva la esencia de lo que transmiten, o como lo hacen, los personajes de la película, serie o documental. Pero no todo el mundo sabe idiomas, y no todo el mundo tiene ganas de leer en  los subtítulos lo que está viendo. En estos programas de los que hablo se puede escuchar perfectamente ambos idiomas, el original y un poco más alto de volumen la traducción. No sé si esto lo hacen por desidia (no creo), o por que creen que transmiten mas autenticidad a la historia que se está contando, pero para mí lo único que demuestra es que la calidad en la producción cada vez es peor. Son programas sacados como churros, con la total seguridad de que van a tener un éxito tal que no necesitan que se desarrolle todo un proceso de doblaje, porque la gente ya se traga lo que sea. Se quedan embobados viendo como le reformaron la casa a alguien por un módico precio (mención aparte de las mentiras que se cuentan), como nos explican el funcionamiento de un mega instalación,  o como una brigada de policías con una cámara al lado se dedica a detener bandas de narcotraficantes en los suburbios correspondientes. ¿Donde ha quedado la imaginación? ¿En qué momento se ha sustituido un guión original por una historia para encefalogramas planos? Yo, que veo conspiraciones de tipo político en todos lados, en este caso no puedo tener una opinión diferente. Se busca adocenar a la gente, entretenerla con chorradas, hacer que se olviden de cuales son los problemas importantes, ocupando sus mentes con historias que anulen por completo la capacidad de discernimiento. Cuanto más idiota sea el pueblo, mejor lo manejaremos. Cuanto más circo (aunque poco pan), mejor para "ellos".

1 comentario:

SARAPERI dijo...

Totalmente de acuerdo, producir cuanto más mejor. La calidad es lo de menos. Pero el público es poco exigente, al final tragamos lo que nos echen, ¿no?